Parto en el agua: resuelve tus inquietudes para decidir

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Parto en el agua: resuelve tus inquietudes para decidir

El parto en el agua es un parto natural que se desarrolla de forma espontánea y cuya dilatación y/o expulsivo se desarrollan dentro del agua, en una piscina o bañera diseñada para ello. En un parto en el agua la primera experiencia exterior del bebé es el líquido elemento. Si te estás planteando un parto en el agua, es importante que comprendas cómo es y qué ventajas e inconvenientes tiene. Te lo contamos.

Parto en el agua, ¿cuándo está indicado?

Es importante tener en cuenta que no todos los partos se pueden realizar en el agua. El parto en el agua solo está indicado en embarazos de bajo o medio riesgo, sin patologías de base, y está contraindicado en los siguientes casos:

  • En un embarazo sin control médico previo.
  • En caso de cesárea previa o madre con alto riesgo de sangrado después del parto.
  • En parto inducido o gemelar.
  • Si la madre tiene diabetes, cardiopatía o rotura uterina, u otras patologías, como diabetes gestacional, preeclampsia, herpes, anemia, o si existe retraso de crecimiento fetal.
  • En caso de patología o malformación fetal diagnosticada.
  • Si se expulsa el meconio, la primera deposición del bebé.

¿Cómo es el parto en el agua?

Como en todo parto natural, en el parto en el agua no se emplea epidural. El parto se acompaña según se va desarrollando, siempre comprobando que no hay sufrimiento fetal ni riesgo para la madre.

Un parto en el agua está indicado si el embarazo es de bajo o medio riesgo y, por lo tanto, se prevé que la dilatación y el expulsivo se van a desarrollar sin complicaciones.

Ya sea en espacios públicos, como las casas de nacimiento de algunos hospitales públicos, o las homónimas de la privada, o en espacios privados, como en tu casa con alguna matrona de confianza, durante el parto en el agua disfrutarás de un ambiente de intimidad, luz tenue y música. Todo lo necesario para que puedas relajarte.

Un parto en el agua significa que, una vez se desencadena el parto, tienes la opción de sumergirte en una bañera o piscina con agua templada, durante la dilatación y el expulsivo. Hay que tener en cuenta que no hay estudios que confirmen ventajas en la expulsión de la placenta en este medio, por lo que algunos centros recomiendan el parto en el agua solo para la dilatación.

Ventajas del parto en el agua

  • Analgesia. El agua a 37 grados produce un efecto analgésico que se acentúa con el ambiente de tranquilidad. Esto permite la subida natural de oxitocina, tan importante en el desarrollo de las contracciones, y de la serotonina, la hormona del amor, y un gran inhibidor del dolor.
  • Libertad de movimiento. La ingravidez ayuda a encontrar más fácilmente la postura que tu cuerpo demanda. Para el bebé, la transición se hace en un medio semejante, lo que le permite una mejor adaptación a la vida extrauterina.
  • Intimidad y tranquilidad. El parto en el agua se desarrolla en un ambiente tranquilo y en un espacio seguro de intimidad, sin apenas intervenciones, lo que favorece el desarrollo natural del parto, reduciendo las complicaciones.
  • Sin efectos secundarios. Como parto natural que es, no tiene efectos secundarios ni adversos de los tratamientos médicos.
  • Contacto piel con piel. El agua produce una sensación de intimidad, aun estando completamente desnuda, lo que agiliza el contacto piel con piel.
  • Control de pujos y desgarros perineales. Los estudios indican que durante el parto en el agua se produce mayor control en los pujos, por lo que se reducen los desgarros perineales.

Inconvenientes del parto en el agua

  • No poder controlar el dolor. El mayor inconveniente es no poder controlar el dolor, pero si vives el parto en el agua en la casa de partos de un hospital, puedes salir del agua y solicitar la epidural.
  • Imposibilidad de controlar un ambiente aséptico. El agua es un medio difícil de mantener aséptico, pues se mezcla con cualquier agente que esté en la piel de la madre en el mismo momento de su entrada, y puede contaminarse con la presencia de materia fecal.
  • Desaceleración de la dilatación. En algunos casos el alto nivel de relajación desacelera la dilatación y retrasa el parto.
  • Dificultad de control del bienestar fetal. Al realizarse en un medio incompatible con muchos elementos eléctricos, el control fetal durante el parto en el agua se hace por auscultación y no es tan continuo como con medios electrónicos.
  • Posibilidad de que el bebé trague agua. No es lo más habitual, de hecho en la mayoría de casos el bebé adquiere el reflejo de inmersión, que durará unos 6 meses, lo que le hace capaz de controlar de forma instintiva la respiración en este medio, pero en algunos casos se ha reportado inhalación de agua en el bebé.

Si te planteas un parto en el agua es fundamental que preguntes a tu matrona de confianza cualquier duda que te surja, para así valorar si esta es tu opción de parto. Recuerda que tu bebé llegará cuando, donde y como necesite, así que puedes intentar conseguir el parto que deseas pero no olvides dejarte llevar y disfrutar de tu momento único, sea como sea.

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